6 años... el 1 de marzo de 2003, más de una docena de tumbas en el camposanto municipal del Barú amanecieron sin identificación, luego de que se diera el hurto de las lápidas, situación que alarmó a las autoridades y moradores del distrito. El temor que inquietó a los residentes de esa comunidad era que el nombre de sus difuntos fuese utilizado para practicar hechos de satanismo y actos diabólicos.