Tras una larga y fatigosa romería, miles de feligreses han llegado a la población de Atalaya, en la provincia de Veraguas para pagar "mandas" al Cristo que todos los años atrae a miles de devotos. Hace poco hubo un conflicto entre feligreses y los sacerdotes, luego que la imagen del Cristo fue sacada de Atalaya para su restauración.
La polémica ha dado paso a las sensatez y el pueblo y la Iglesia están unidos para atender a los fieles que llegan a Atalaya con sus angustias, dolores y esperanzas a los pies del milagroso Cristo. En la procesión los creyentes harán renovación de la fe cristiana y se encomendarán a la deidad milagrosa cuya fama ha trascendido las fronteras patrias.
Nuestras plegarias las elevamos al firmamento para que el Cristo de la Basílica de San Miguel derrame sus bendiciones y que haya paz y armonía entre los miles de peregrinos que siguen llegando a Atalaya, conscientes de que el Cristo milagroso traerá salud y prosperidad a la Patria.
En los rostros de los visitantes y peregrinos se pueden ver las necesidades de nuestro pueblo. Necesidad de paz y empleo. En la bandeja de ofrendas para esta milagrosa imagen están las oraciones de todo el pueblo para que tengamos un futuro mejor. Es que cada primer domingo de Cuaresma, el pueblo panameño se dirige hacia Atalaya más que por una simple tradición, lo hace por agradecimiento a las bendiciones y milagros concedidos.
El pueblo se identifica con el Cristo de Atalaya, porque representa el dolor y la angustia que vivimos diariamente, La oportunidad es propicia para recordar que no debemos mezclar las tradiciones con el pecado. De nada le sirve a un hombre o a una mujer desangrarse las rodillas y las piernas caminando kilómetros y kilómetros, si seguimos siendo personas egoístas.