Atado de pies y manos en el asiento trasero del taxi que conducía y con el rostro ensangrentado fue encontrado la mañana de ayer, domingo, en Naos, distrito de La Chorrera, el cuerpo sin vida del taxista Carlos Rodríguez Almanza, de 46 años.
La víctima tenía las piernas atadas a la altura de las rodillas, las manos amarradas y pegadas al pecho con los cordones de las zapatillas que tenía puestas. En la boca le metieron una media, confirmó la personera Nilda Espino.
No se precisó la causa de la muerte. El rostro de la víctima estaba bastante golpeado. No se encontró ningún objeto que pudiera haber sido utilizado. Había manchas de sangre en diferentes partes dentro del auto.
Inicialmente se maneja la tesis del robo, ya que la cartera del hoy occiso fue revisada y faltaba dinero, y la maquinila de monedas estaba vacía, además intentaron arrancar el radio del auto.
El taxi color amarillo con placa 8T-12589, fue encontrado en un sitio que-según los residentes del área-es bastante oscuro.
Ellos indicaron que cerca de las 11: 00 p.m. del sábado escucharon a personas corriendo por los patios.
Carlos Rodríguez, hijo de la víctima, dijo que en los dos años que tenía de estar manejando taxi para Sindicato de Transporte Generales, su padre sólo trabajaba hasta las 8: 00 p.m., aunque quizás extendió el horario de trabajo aprovechando la afluencia de personas en la calle por motivo de la feria.
Pasadas las 7: 00 a.m. de ayer, y al no saber nada de su padre, salió a buscarlo a casa de su abuela, en Naos. Precisamente allí habían abandonado el taxi. Dijo que su padre era un hombre tranquilo.
Los compañeros de la víctima aseguraron que lo habían visto trabajando cerca de las 4: 00 a.m., lo cual les extraño, puesto que generalmente el hijo era quien conducía a esas horas.