Panamá América
Día a Día

 

S E C C I O N E S

EPASA EN LINEA

PANAMA AMERICA

DIAaDIA EN LINEA

REVISTA SIETE!


inicio

portada

al cierre

nacional

política

opinión

el pueblo habla

relatos y reportajes

la voz del interior

sport

el mundo

viva

en la cocina

sucesos


ediciones anteriores

buscador de noticias

clasificados EPASA

otros sitios de interés

CRITICA
 


  ESPECIALES

RESCATE DEL OLVIDO: N.º 120
Más sobre Jaime de Saavedra

Por: José Morales Vásquez. ([email protected]) | Investigador de Arte

haga click para ampliar la imagen

Pastor de cabras (acuarela).

Continuamos con la parte final de "Jaime de Saavedra: Humanista"

En su obra variadísima se advierte un expresionismo natural, intuitivo y propio, que busca en los aportes del expresionismo abstracto, para tomar lo que le parece bien y a su manera en una "pintura de acción" como llamó Polock (sic) a lo suyo, va creando la obra de arte en el acto de pintar, como un juego serio que no le toma mucho tiempo.

Pero lo contrario de aquellos expresionistas abstractos que sin tener idea alguna en la mente, van buscando efectos estéticos sin explicación posible, en Saavedra, lo espontáneo, aquello que brota de la emoción del "hallazgo", llega por intuición a una respuesta estética que va surgiendo a medida que se realiza la acción de crear. Lo contrario de los clásicos expresionistas alemanes, busca una reacción placentera, con algo bien concebido y logrado. "Árbol y Farol" es un gran "hallazgo reflexivo", buscando la geometría en colores, empastes y planos, para luego resaltar el tema en un realismo natural.

Los seres se proyectan hacia el exterior desde lo profundo, en un idioma natural, intuitivo y personal de cara a lo contemporáneo, con fuerte perfilado de las figuras y geometrismo. Aparece a menudo el deseo de enriquecer la obra con abundante pastillaje o relieve, tratados a veces con cortadura. Dentro de una sobriedad tonal y una libre pulsación, va por los caminos del nuevo humanismo en el que la claridad figurativa va descubriendo lo abstracto de cara al propio ser; los contornos de la realidad se sustraen de manera sensible.

El hombre que representa no se pierde en el anonimato de la multitud: Es resaltado en su esencia natural, pero también es señalado con humor grande, muchas veces, en lo que lo enajena: "Aquelarre", "Ladrón de Gallina", "Payaso Feo", "Judas".

Sus retratos son magníficos, ya que vivió ahondando en la verdad de lo visible aparente en el mundo de la realidad, con amor a lo que tiene explicación posible.

Un humanista no puede dejar de mirar hacia el universo infinito y al hombre que se integra al paisaje naturalmente como parte de él, así aparecen: "Pastor de Cabras", "Solo al Viento" "Pasan huyendo los Pájaros", "Mañana llena de Tempestad" y otras.

Jaime de Saavedra (1928 - 1969) es un magnífico exponente del arte de nuestro siglo "que toma conciencia lírica del presente y del devenir", como afirmó Gastón Diehl mirando las posibilidades futuras del movimiento vanguardista de liberación. Con humildad y sencillez, tiene presencia de maestro con cátedra elevada desde donde transmite en el lenguaje sin palabras de las artes plásticas.

Sus obras están llenas de grandes y diversas sugestiones estéticas, ofreciendo una verdadera comunicación con el mundo, con un frescor siempre renovado por sutil percepción y un sentimiento de hermosa ternura hacia la vida.

Es un sincero y alentador mensaje de fe, ante la deshumanización insensible de la existencia de un hombre que sólo busca el progreso material y mecanizado.

El próximo domingo continuamos recordando al pintor J. Saavedra.

 


linea
linea gris
 

   copyright © 1995-2009, CRITICA EN LINEA
todos los derechos reservados