Los chorreranos también ofrendaron la vida durante la invasión del 20 de diciembre, y existen opiniones encontradas en torno a los hechos ocurridos que para unos fue un suceso liberador, pero para otros un episodio en la historia de Panamá para nunca olvidar.
Una de las víctimas más mencionadas, pero no la única, la constituye Jovina García, cuando 20 años después, sus hijos aún tienen palpable el recuerdo de su madre. Ella era miembro de los Batallones de la Dignidad y salió de su casa en compañía de su hijo Fernando, quien la llevaría al cuartel de las Fuerzas de Defensas tal como estaba previsto, de darse los hechos, como en efecto así sucedió.
Osvaldo González Polo cuenta que la noche del 20 de diciembre él se dirigía hacia Arraiján junto con otros compañeros, entre ellos su esposa: Rebeca Rivera, Camilo Chong y otros, pero al pasar frente al cuartel se encuentran con Jovina García, que les pidió que la llevaran.
Inician entonces su marcha hacia el vecino distrito de Arraiján, allá debían encontrarse con el grupo del difunto Rigoberto Paredes para la entrega de las armas, pero un contingente del Ejército de los Estados Unidos los interceptó en el camino y disparó a mansalva contra el carro del IRHE donde viajaban.
Empezó allí la pesadilla de estos aventureros chorreranos, que totalmente indefensos dejaron su familia para enfrentarse al Ejército Norteamericano que estrenó modernos armamentos, inspirados en ideales nacionalistas que algunos consideran que fueron traicionados por quienes debían estar al frente. Tal es el caso del General Manuel Antonio Noriega.
"Mataron a Jovina" , fue lo primero que se escuchó de parte de uno de los que viajaban en el auto, en donde también resultaron heridos; Espinoza, Polo y otros, que no pudieron ir al entierro de Jovina porque estaban hospitalizados. Se mencionan otros nombres víctimas del 20 de diciembre como: Guzmán, empleado del IRHE, el Teniente Chávez de El Coco, Reynaldo Medina, que falleció en el último bus que salió de Panamá, cuyo conductor de apellido Griego, vive afectado por las esquirlas que permanecen en su cuerpo.
Veinte años han pasado, pero aún el recuerdo de aquel 20 de diciembre permanece vivo en la mente de muchos chorreranos, quienes no olvidan los abusos de las Fuerzas de Defensas que lesionaron la democracia. El saqueo que causó perjuicio a los comerciantes, pero más que nada, a quienes perdieron sus seres queridos. ¿20 de diciembre de 1989, Justa Causa?