Más de 150 metros de distancia voló el cuerpo de Luis Martínez Arauz, de 55 años, producto de una explosión.
Ese transportista no tuvo tiempo de nada. Fue sorprendido por una explosión cuando intentaba alumbrar con un bombillo eléctrico el compartimento 1200 del camión cisterna en el que transportaba gasolina.
El único testigo que estuvo cerca del accidente fatales un menor de edad que es discapacitado. Sólo dijo a las autoridades que "el cuerpo voló".
Ese hecho conmovió a la comunidad de San Pablo Viejo, en el distrito de David, puesto que sus vecinos recuerdan que "Lucho", como le llamaban cariñosamente, era un poco bromista, muy amante de su familia y de sus perros a quienes quería como si fueran los hijos.
El accidente se registró alrededor de las 9: 00 a.m. de ayer, lunes.
El impacto sacó las válvulas de hierro del cisterna. La válvula más grande salió desprendida por el aire dándole un severo golpe en la cara, en la cabeza y en el tórax. Al menos eso lo presumen las autoridades.
El cuerpo quedó desnudo. El pantalón jean de color azul y el suéter rojo quedaron rasgados y dispersos por el patio de su casa, donde vivía con su familia.
"Lucho" se preparaba para un segundo viaje y sólo estaba revisando algún desperfecto que tenía el cisterna, porque ya lo habían llamado a trabajar nuevamente.
Al llegar el Cuerpo de Bomberos a la residencia de la víctima, donde tenía estacionada la mula con matrícula en el cabezal 793152 y en el furgón 794653, pensaron que el cuerpo estaba dentro del compartimento y entraron con trajes especiales.
Sin embargo, no encontraron nada. Sólo las ramas de los árboles quebradas por el impacto de la tapa que estaban arriba del compartimento. El cuerpo había sido levantado a una alta presión. Empezaron a buscar por el patio.
En un potrero contiguo a la casa estaba tirado el cuerpo. Un bombero lo encontró.
A la escena del accidente llegaron funcionarios del Ministerio Público. Se investigan las causas del accidente.
Se esperara que el Instituto de Medicina Legal confirme la causa de muerte.