Según la tradición cristiana, esta fue la santa que tuvo el honor de que la Santísima Virgen se le apareciera para recomendarle que hiciera la Medalla Milagrosa. Su fiesta se celebra el 28 de noviembre.
Nació en Francia, de una familia campesina, en 1806. Quedó huérfana a los 8 años. Quería ser monja, pero su padre no la ejaba. A los 24 años logró su sueño.
Siendo Catalina una joven monjita, tuvo unas apariciones que la han hecho célebre, pero la aparición más famosa fue la del 27 de noviembre de 1830. La Virgen María se le aparecía totalmente resplandeciente, derramando de sus manos hermosos rayos de luz hacia la tierra. Le encomendó que hiciera una imagen de Nuestra Señora así como se le había aparecido y que mandara a hacer una medalla que tuviera por un lado las iniciales de la Virgen MA, y una cruz, con esta frase: "Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti".
Así lo hizo y la gente que poseía la medalla, conseguía grandes bendiciones.
Murió en 1876 y fue llevado un niño inválido de 11 años a su sepulcro y al acercarlo, quedó instantáneamente curado. En 1947 Pío XII declaró santa a Catalina Labouré.