El presidente de China, Hu Jintao, inició una visita de Estado al Reino Unido, donde fue recibido por la reina Isabel II de Inglaterra y también por las protestas de grupos contrarios a la ocupación china del Tíbet.
Con toda la pompa propia de estas visitas, la soberana británica dio la bienvenida a Hu en la explanada del edificio de la Guardia Real, en Londres, antes de escucharse los himnos de los dos países.
Tras pasar revista a esta guardia junto al duque de Edimburgo, esposo de Isabel II, el presidente chino subió a una carroza en compañía de la soberana para recorrer la gran avenida Mall hasta el palacio de Buckingham, donde será huésped de la Reina británica.
En esa avenida y en medio de fuertes medidas de seguridad, miembros de la Campaña por un Tíbet Libre aguardaban el paso de la carroza con pancartas y banderas tibetanas para denunciar la ocupación china de ese territorio.
El primer ministro británico, Tony Blair, ha dejado claro que los ciudadanos tendrán derecho a manifestarse pacíficamente.
Una portavoz de la Campaña por un Tíbet Libre dijo que "los tibetanos y sus seguidores recibirán a Hu Jintao con protestas no violentas a lo largo de esta corta visita, y utilizarán su derecho de libre expresión para hablar en nombre de los que están en Tíbet y a los que no se les deja hablar". El Gobierno chino, agregó la portavoz, niega los derechos fundamentales de los tibetanos.