Los gritos de dos menores de 2 y 3 años, que estaban en las manos de un supuesto depravado sexual, permitió que su madre llegara a tiempo para salvarlos.
Magda Zapata, madre de las dos menores, denunció que su vecino, que es un sordomudo, le estaba subiendo el pantaloncito a las niñas, cuando ella miró por una rendija de la casa del sujeto acusado.
Zapata confiesa que mientras ella estaba lavando la ropa, las niñas le pidieron permiso para mirar a los estudiantes que estaban practicando en la banda de la escuela de Progreso, en el distrito de Barú.
Pero, se percató que las niñas no estaban y comenzó a buscarlas. Procedió a mirar en la casa del vecino y lo sorprendió cuando le estaba subiéndole el pantaloncito a las niñas.
Procedió a interponer la denuncia ante la Policía y el ciudadano está a órdenes de la Personería. El examen de Medicatura Forense reveló que no hubo contacto sexual.