Toda mi vida he hecho uso del transporte público. Léase buses y taxis. De manera especial de los buses. Siempre hubo de toda clase de género humano conduciendo los mismos, pero en la actualidad creo que ha habido una mutación. Ya no sé a qué género pertenecen la MAYORÍA de los conductores. Señores periodistas, la suscrita ha sufrido horribles vejaciones verbales de parte de estos señores, sólo por reclamar mi derecho a la vida.
Le hablo de manera específica de los conductores de las rutas DON BOSCO-TRANSÍSTMICA Y PEDREGAL-TRANSISTMICA, que son las rutas más utilizadas por mí. Los conductores de la ruta Don Bosco-Transístmica, con sus respectivos "secretarios" son un atentado a la dignidad, leyes y vida ciudadana. En innumerables ocasiones, con NOMBRE Y CEDULA, he denunciado a la piquera de ellos el maltrato y el irrespeto con que somos tratados los usuarios y siempre me piden que vaya personalmente ha hacerlo o que entregue una carta al fiscal de ruta que está en no sé dónde.
¿Por qué debo ir de pie yo que pago el pasaje que ellos quieren y su "secretario" va sentado? Y encima soportar los gritos y vulgaridades del mismo secretario? ¿Por qué no uniformar las letras que indican el destino del autobús, de manera que no sean necesarios los secretarios de marras?
Yo sugiero a los responsables de hacer cumplir las leyes de Tránsito, se pongan los pantalones largos y hagan su trabajo, porque yo no puedo hacerlo, ellos sí.
¿Pero sabe periodista? lo más triste no es todo lo expresado, lo más triste es que los usuarios ven, oyen y sienten estas cosas y nadie protesta, porque cuando yo le doy sus gritadas por las FECHORÍAS que cometen estos conductores y sus secretarios, qué tristeza... yo sola... una mujer de 53 años... sobreviviente, junto a mi madre, de accidente DE TRANSITO en un taxi, grito y reclamo SOLA!