La Unión Europea (UE) y Cuba reanudaron ayer en La Habana, tras cinco años de interrupción, la cooperación al desarrollo con expresiones de voluntad para avanzar también en el terreno político pero sin ocultar las diferencias que aún mantienen.
El comisario europeo de Desarrollo y Ayuda Humanitaria, Louis Michel, y el ministro de Exteriores de Cuba, Felipe Pérez Roque, rubricaron la declaración con la que se reanuda la colaboración en un acto formal en el que estuvo también el presidente de la Comisión de Desarrollo del Parlamento Europeo, el español Josep Borrell.
También expresó su "gran satisfacción" por la reanudación de la cooperación interrumpida en 2003 por Cuba tras la decisión del bloque de establecer sanciones diplomáticas a raíz de las condenas en juicios sumarísimos a 75 disidentes.
Pérez Roque correspondió afirmando que "se abre una nueva etapa que deja atrás los enfrentamientos del pasado", algo que es "coherente con los intereses de los pueblos de la UE y el pueblo cubano".
Michel ofreció 2,56 millones de dólares como "ayuda de emergencia" inmediata, para paliar los destrozos causados por el reciente paso de dos huracanes por la isla, y el compromiso de otros de 32 a 38,4 millones de dólares a partir de 2009.
Añadió que las coincidencias entre ambas partes deben "ser la base" para las relaciones futuras y manifestó la "determinación" de Cuba de avanzar en el diálogo político con la UE iniciado la semana pasada en París.