Para Luis Contreras, uno de los sobrevivientes del incendio del 8B-06, su vida ha dado un giro después de dos años de la tragedia que le costó la vida a 18 panameños ese lunes 23 de octubre de 2006.
Contreras dice que aún no ha superado el trauma de esta tragedia, la cual le tocó vivir en carne propia y que en las noches salta en la cama al recordar en sueños lo que sucedió esa tarde.
"Lastimosamente, las cosas siguen iguales y no han cambiado en nada después de dos años. Nosotros los usuarios seguimos siendo los más afectados, ya que las autoridades no han podido poner en cintura a estos señores", destacó Contreras.
El sobreviviente del "Bus de la muerte" lamentó que hoy día, en muchas ocasiones, tenga que escuchar groserías en su contra por parte de transportistas, quienes le reprochan sus quejas ante las autoridades por el mal servicio de transporte.
Pero eso no es todo lo que afecta a Contreras, ya que considera que las secuelas más grandes que le ha dejado este accidente es el deterioro de su condición de salud.
Aún Contreras está en terapias y se mantiene tomando medicamentos para la limpieza de los pulmones, y sobre todo, los problemas nerviosos que a dos años no ha podido superar.
"Por ello, todas las noches tengo que levantarme dos o tres veces a tomar agua con azúcar para relajarme, ya que los nervios me atacan fuerte", resaltó.
"Estas lesiones no son las más difíciles que nos toca soportar a los sobrevivientes, sino las del corazón. Esas nunca se olvidan y no hay medicina que valga contra ellas", reitera Contreras.