El Palacio de Las Garzas, es la oficina desde donde cada día se toman las decisiones que de una u otra forma afectan a Panamá. El inmueble se denominó así desde 1922, durante el gobierno del presidente Belisario Porras.
El historiador Jorge Conte Porras reveló que la idea de las garzas en la Presidencia fue del poeta Ricardo Miró. Un día un amigo del Mandatario trajo dos de esos animales desde Darién y doctor Porras decidió soltarlas en el patio Andaluz.
Ahora en la era de Martín Torrijos hay cuatro garzas; dos nacionales y dos extranjeras, que adornan el vestíbulo del Palacio Presidencial.
Las grullas azules fueron un regalo del embajador de Sudáfrica, quien en una visita a nuestro país en el pasado gobierno de la mandataria Mireya Moscoso, quedó fascinado al ver estas garzas deambulando dócilmente por la sede del Ejecutivo.
Según su veterinario, el doctor Enrique Bieberach, el costo de este par de aves africanas oscila entre B/. 60 mil y B/. 70 mil Son símbolosnacionales de Sudáfrica, pues aparecen en la bandera y escudo de esta nación.
Durante el mandato del ex presidente Guillermo Endara habían cuatro garzas procedentes de la provincia de Los Santos, de esas sólo una está actualmente en el patio Andaluz.
El especialista en aves explicó que las garzas nacionales se pueden encontrar de frontera a frontera, no están en peligro de extinción y las que están en la Presidencia las provee la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM ).
En cuanto a su alimentación, comentó que las dos nacionales comen camarones, trozos de carnes, pescado, ranas y algunos tipos de insectos.
En cambio, la alimentación de las grullas azules es más especifica, ellas comen Pelex especialmente para este tipo de aves, el cual contiene vitaminas, minerales y las sustancias naturales que sus organismos necesitan. Además de comer lechugas, hojas verdes, trozos de carne y huevos en cáscara para subirle el calcio.
Su higiene es muy estricta, el "Garcero", quien se encarga de cuidarlas en Palacio, siempre está al pie del cañón con su trapeador, escoba y recogedor.
Usted nunca verá un rastro de excremento en el patio Andaluz, el "garcero siempre está pendiente de su alimentación, además de ponerlas en unas jaulas especiales en las noches.
SU CUIDADO
El veterinario Bieberach comentó que antes las garzas sufrían de torceduras en las patas, pues les daba artritis debido a lo frío que está el piso de mármol en las noches. Ahora duermen en unas jaulas especiales, las cuales tienen una alfombra.
Todos los meses, el veterinario se encarga de cortarles y limarles las uñas hasta la punta de los dedos, además de desparasitarlas, darle vitaminas, revisarle las alas; así como hacerle exámenes de sangre, parásitos y clamidia, entre otros.
Una garza nacional puede medir medio metro y las grullas azules llegan a tener la altura de un niño de ocho a nueve años.