Hoy, 24 de octubre, es el día de las Naciones Unidas. Hace 59 años que se fundaron las Naciones Unidas como instrumento para la paz, los derechos humanos y el desarrollo, y el mundo es un lugar mejor gracias a las Naciones Unidas. No obstante, son demasiadas las personas que hoy siguen siendo víctimas de la violencia, la opresión, la pobreza, el hambre, el analfabetismo y la enfermedad.
Podemos y debemos superarnos. Todos los seres humanos tienen derecho a vivir su vida sin tener que pasar tanta necesidad, libre del miedo a la violencia. Deben tener la esperanza de que el día de mañana será mejor que hoy. Lo reclama la humanidad que compartimos y lo exige nuestra seguridad común.
Todas las naciones necesitan un gobierno que esté realmente al servicio de su pueblo. Y todos necesitamos unas Naciones Unidas eficaces, que san un reflejo del mundo en que vivimos hoy y que sean capaces de responder a los desafíos que afrontaremos mañana.
Estoy convencido de que podemos construir unas Naciones Unidas mejores. Por este motivo someteré en breve a los dirigentes mundiales un conjunto de medidas para renovar la Organización. Corresponderá a esos dirigentes reaccionar con visión de futuro y con buena voluntad. Ellos deberán encontrar un terreno común en una reunión histórica que se celebrará en esta época del año próximo.
Les pido a ustedes que alienten a sus dirigentes a dotar a nuestro mundo de las Naciones Unidas que merece. Sé que, con su ayuda, podremos hacerlo.
Nos hallamos en una nueva era. Necesitamos unas nuevas Naciones Unidas. Hagamos que sean una realidad.