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Seguridad en los edificios

Aaron Beitia | Estudiante de Ingenería

Con el auge de la construcción, la silueta de la ciudad de Panamá ha ido cambiando paulatinamente, con grandes proyectos inmobiliarios y edificaciones de más de 50 pisos, que a la vez plantean nuevas necesidades en cuanto a energía eléctrica, agua potable, estacionamientos, pero sobre todo la garantía de la seguridad de quienes habitarán estas edificaciones.

De a poco, la ciudad se adecua a este crecimiento, con proyectos como la cinta costera, que aliviará el tráfico vehicular en una de las áreas donde se erigirán los principales edificios de la urbe capitalina; pero no hay que obviar que los grandes edificios están expuestos a la fuerza de los vientos, y fenómenos telúricos, entre otros.

Por ello, durante la realización de la Feria Capac Expo Hábitat 2007, una de las conferencias más concurridas fue la que dictó el ingeniero taiwanés, Shi-Ying Kan, sobre el diseño estructural del Taipei 101, el edificio más alto del mundo.

Se trata de una superestructura de 101 pisos y 508 metros de altura, erigida en Taipei, y que representa un punto de atracción a nivel internacional, y es producto de inversiones públicas y privadas.

Si flexibilidad permite que pueda soportar terremotos de hasta 7 grados Richter y vientos de más de 450 kilómetros por hora.

Está formado por once cubos, cada uno un módulo de ocho pisos, donde el primero se reserva a los equipos y maquinarias de mantenimiento de cada módulo; y en la parte superior de cada uno de los cubos hay un pasillo de dos metros para que las personas puedan salir (en caso de incendio); además de reserva de agua, suficiente para asistir a los ochos pisos.

Para resistir los embates del viento, los constructores de la mega estructura diseñaron una bola de acero y hormigón de 1.5 metros y un peso de unas 680 toneladas entre los pisos 88 y 92 y sujeta por cuerdas de acero y ocho amortiguadores. De esta manera, cuando el viento sopla y balancea el edificio hacia un lado, la bola lo hace en dirección contraria, amortiguando y haciéndolo volver a su nivel original.

Previendo lo sucedido el 11 de septiembre de 2001 y, en caso de ser impactado por un avión, contrario a lo que ocurrió con las torres gemelas, el Taipei 101 no colapsará debido al tipo de construcción que se realizó. El peso de un avión sería el 0.5 por ciento del peso del edificio (unas 700 mil toneladas), lo que equivale a una mosca que choca a toda velocidad con un árbol.

Por ello, el atractivo de este rascacielos va más allá de su altura, pues su diseño estructural y la seguridad que ofrece ante posibles riegos de sismos o atentados terroristas, lo convierten en un ejemplo de la ingeniería.

Visto lo anterior, el Taipei 101 debe servir de ejemplo para los promotores locales, a fin de que los grandes edificios que actualmente se construyen en la ciudad de Panamá, observen todas las precauciones y medidas de seguridad aplicadas en este rascacielos.



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