Un hombre -aparentemente- se obsesionó con ella y no la dejó llegar a la edad primaveral y le enterró el cuchillo ocho veces.
Además, le dio múltiples golpes en la cabeza y también se presume que la violó, pero esto último no ha sido corroborado.
Olga Beatriz González Guerra, de 14 años, fue encontrada bañada en sangre y semi desnuda a las 8:00 de la noche del domingo, en la sala de su casa ubicada en la comunidad de El Cucui, en Cerro Batea, San Miguelito.
La dantesca escena fue descubierta por el hermanito de Olga, de ocho años. Tal vez el niño se salvó de no ser asesinado junto a su hermana, porque jugaba en la casa de unos vecinos. mientras sus padres, Clemente González y Vielka Guerra, trabajaban.
LOS PASOS DEL CRIMINAL
Todo inició hace tres meses, cuando el asesino merodea constantemente por el barrio. Se conoció que en una ocasión el homicida se introdujo en la casa de una vecina de la víctima e intentó agredirla. La moradora gritó: "¡Auxilio!", y el sujeto huyó.
Según los moradores, el asesino llegó al medio día del domingo a El Cucui. Compró una sopa, se tomó dos cervezas y además se jugó la suerte: Compró un "one-two", y con su propio puño firmó con el nombre de "Irving".
El hombre le dijo a unas adolescentes que deseaba jugar con ellas "al escondite". Después se apartó del lugar y los vecinos le perdieron la pista. Nadie lo vio entrar a la casa de Olga, mas si lo vieron salir por la vereda con una toalla manchada de sangre, y con varias heridas visibles en la cara y en los brazos.
Los testigos se preocuparon, porque pensaban que el hombre había sido herido por delincuentes del área, pero nunca se imaginaron que salía de matar a Olga, quien en su defensa le asestó varias puñaladas.
Mientras el crimen era perpetrado, un hombre dijo que escuchó gritos y llantos, sin embargo, pensó que era una discusión familiar.
LA VICTIMA
Como todos los domingos, la hoy occisa se arreglaba para ir a la Escuela de Karate Isaulí, donde llevaba cuatro años de preparación.
"Era una estudiante ejemplar, Cuadro de Honor, callada y no le gustaba el relajo", describió Edward Mudarra, profesor Consejero de Olga, quien cursaba el VIII grado en el IPT de San Miguelito.
Las declaraciones de Mudarra fueron constatadas por los compañeros, amigos y vecinos de la víctima, que llegaron a la que fue su humilde casa para expresar sus condolencias.
"¡Justicia, que se haga justicia!, es todo lo que pido", decía la madre de Olga, quien reflejaba un dolor indescriptible.
RETRATO HABLADO
Se conoció que al cierre de esta edición, unidades de la PTJ confeccionaban un retrato hablado del matón basado en la descripción hecha por los pobladores: alto, de piel blanca, bien parecido y con un lunar en la frente y otro en la barbilla.
Esas características coinciden con las mismas que Olga le había contado a un amigo acerca de un hombre que la acosaba y que al parecer no descansó hasta que le arrancó la vida.