La confesión de Marion Jones y el previsible cambio en el escalafón de las tres pruebas individuales en las que obtuvo medalla en los Juegos de Sydney 2000, tendrá consecuencias inesperadas, pero ninguna tan indeseable como la atribución del título olímpico de 100 metros a la griega Ekaterini Thanou.
Convicta y confesa de dopaje, Marion Jones, la primera atleta de la historia que logró cinco medallas en unos mismos Juegos, perderá las que obtuvo en Sydney a título individual (oro en 100 y 200 metros y bronce en longitud) aunque Estados Unidos conservará las de relevos (oro en 4x400, bronce en 4x100), de acuerdo con la doctrina del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS).
De los despojos dorados de Marion Jones se beneficiarán tres atletas: la bahamesa Pauline Davis, que fue segunda en 200; la entonces jamaicana -hoy eslovena- Merlene Ottey, cuarta en la misma prueba, y Ekaterini Thanou, segunda en 100.