La casa de nuestros sueños es idealizada desde muy jóvenes, pero al llegar a nuestros años dorados, se deben realizar algunos cambios.
Cuando los abuelos comienzan a tener limitaciones para moverse, es imprescindible recurrir a sencillas reformas arquitectónicas para que puedan permanecer por más tiempo en su propia casa.
Algunos consejos a seguir para tener una vida placentera son:
- No se trata de una adaptación ortopédica de la casa, es una arquitectura preventiva que pretende eliminar los riesgos de accidentes, para mejorar las comunicaciones y la manipulación de objetos y enseres domésticos.
- Proporciona mayor seguridad en los desplazamientos y en sitios de uso diario como baños y cocinas, donde suelen darse mayores inconvenientes.
- Diseñar modificaciones pequeñas y graduales que vayan acompañando las necesidades reales del anciano a medida que estás se manifiestan, es una tarea sencilla que no requiere de grandes esfuerzos materiales ni emocionales.
- El ancho ideal de las puertas es de 90 cm, el mínimo es de 80 cm (para sillas de rueda y para muletas).
- Se aconsejan las griferías tipo monocomando.
- En zonas de giro, el espacio necesario para el giro completo de una silla de ruedas es de 1,50 m.
- Hay que tener en cuenta que los brazos de una persona en sillas de ruedas no alcanzan nada que esté por debajo de los 40 ó 50 cm ni por encima de 1,40 a 1,50 m., de modo que esta medida determinará a su vez la disposición de objetos en los ambientes.
- Las teclas de luz deben tener una altura de 85 cm.