José de Los Ángeles Suira Velásquez, de 57 años, pudo haber muerto asfixiado antes de que sus asesinos lo dejaran en el asiento trasero de su propio carro.
Se presume que el posible móvil pudo ser robo. Hasta ahora las investigaciones no han arrojado pruebas que indiquen que el infortunado hubiera participado en actos delictivos anteriormente.
La escena del crimen indicaba que los ejecutores no son profesionales, por lo que se espera que las evidencias guíe a las autoridades.