Una partida mensual de casi 29 millones de dólares en materia de gastos de seguridad, no es una cifra despreciable para un país tan pequeño como Panamá con una población de apenas tres millones de habitantes.
El presupuesto de la Policía Nacional, Policía Canalera, DIJ, Servicio Aeronaval, Servicio de Frontera y Servicio de Migración se llevan $345.6 millones al año. A eso hay que sumarle algo más de dos millones de dólares que consumen los casi 200 funcionarios que forman parte del Consejo de Seguridad.
Frente a ese gasto millonario ya es hora de reclamar resultados. En materia de seguridad lo más que se ha visto en 87 días de gobierno, es un aumento de sueldo a los policías, porque los niveles de inseguridad, se perciben iguales o peores a los vigentes durante la administración de la Patria Nueva.
Asesinatos van y asesinatos vienen y no se observa una respuesta efectiva de las autoridades para esclarecer esos hechos.
Las estadísticas revelan cuáles son los sectores donde se registra el mayor número de homicidios, los días en que más se producen esos crímenes y hasta las horas de mayor incidencia. No hay que ser un genio, para saber que entonces hay que reforzar la vigilancia y la presencia policial en esas áreas y en esos días, para disminuir los índices de violencia.
El país gasta demasiado dinero en materia de seguridad y ya es hora de reclamar resultados y no sólo a los estamentos de seguridad, sino también al Ministerio Público y al Organo Judicial, que se demoran un siglo para llevar a los delincuentes al banquillo de los acusados.