Tenía las instrucciones bien claras. A cierta hora debía llevar a sus acompañantes a la mesa tal del Casino. Allí jugarían de una manera determinada... ¡y ganarían miles de balboas!
La dama de compañía era la encargada de que todo saliera bien y pareciera lo más normal posible.
Por invitados tenía personalidades, que unas veces eran panameñas y otras extranjeras.
Casi siempre recibía billetes de cien balboas luego de las afortunadas jugadas de sus invitados, quienes no disimulaban su felicidad.
Por supuesto que salían del casino muy agradecido del gobierno dictatorial militar panameño... y con su buen regalo.
Otra forma como la dictadura militar pasada premiaba a sus favoritos era la Lotería.
Según fuera el rango del oficial, así eran los miles de balboas que recibiría. El asunto se disimulaba (o legalizaba) mediante la maniobra del número ganador del sorteo.
En cierto momento y lugar, el oficial recibía varios números premiados y después los cambiaba sin ningún problema. Hasta le daban constancia de que se había "ganado" el sorteo.
Era otro agradecido del gobierno militar... (que seguramente ahora sueña con que vuelva ese "milagro").
También había regalos de menor costo, como paquetes de fin de semana a una isla turística muy famosa en esa época. Por curiosidad periodística me aposté una vez en el desaparecido Aeropuerto de Paitilla, para ver las parejas de oficiales jóvenes y sus amigas ir de fin de semana romántico a ese sitio de lujo.
Varias veces personas ligadas con la dictadura me ofrecieron electrodomésticos, aparatos de grabación y filmación de la Zona Libre.
Me explicaron que llevaban turistas relacionados con los ejércitos latinoamericanos a la Zona Libre. Los acompañantes panameños tenían derecho a comprar también sin impuestos, artículos que luego vendían para ganarse un dinerito extra.
Supe de viajes de "shopping" (compra) a Miami en aviones del Gobierno por un día. Se salía temprano en la mañana, compraban y regresaban por la nochecita. Todo con dinero pagado por el pueblo panameño víctima de la dictadura.
Casas de playa y carros lujosos, así como relojes de marca y otros artículos caros, se regalaban mucho entre amigos (as) de los militares dictatoriales panameños.
Esto es lo que supe de "buena fuente". Imagínense los otros regalos que no llegaron a mis curiosos oídos de periodista.
¡Con razón los ex militares y sus amigos quieren volver al poder!
