Mientras muchas comunidades populares se ahogan en la violencia, algunos ciudadanos bajan la guardia exponiéndose a ser robados o atacados.
Tal es el caso de este taxista el cual tranquilamente duerme en su vehículo en Calle "L", San Miguelito con las ventanas abajo tentando al diablo, pues podría ser atacado por antisociales que aprovechando el descuido lo podrían despojar de sus pertenencias.