El viejo caserón conocido como "La Casa de Mimbre", se negaba a desaparecer. La orden para su demolición fue definitiva, pero fueron necesarios varios intentos para conseguir que las viejas maderas cedieran y se diera fin a varios años de incertidumbre.
El rostro de algunas personas que vivieron por años en esta vivienda reflejaba el dolor de ver como se daba fin a una historia, pero a la vez con la ilusión de una nueva etapa en sus vidas.
El asombro de estas personas fue mayor, cuando al área llegó el Presidente de la República, Martín Torrijos, para conocer de primera mano cómo avanzaban los trabajos de demolición.
El mandatario sostuvo que este gobierno busca tener una relación mas estrecha con las comunidades, pero que es necesario que ambos trabajen en conjunto, porque "no hay solución unilateral, solamente gobierno".
En tanto que la Ministra de Vivienda, Balbina Herrera, sostuvo que "el objetivo no era solamente tumbar La Casa de Mimbre y sacar a las personas para ubicarlas en casas permanentes, sino también darle una mejor imagen a la capital"
Luego de la demolición que tomó varias horas, se iniciaron los trabajos de recolección de escombros. Fueron más de 73 años en que los caserones 711 y 747, constituyeron lo que se conoció como "La Casa de Mimbre", construida para albergar a los caribeños que construyeron el Canal de Panamá.
A los artesanos que por años han hecho muebles de mimbre se les confecciono algunos locales provisionales para que realicen sus labores y a los residentes se les ubicó en algunas pensiones cercanas.
Las autoridades aseguraron que en unos dos meses estas personas tendrán una respuesta habitacional.
DECISION: ERA URGENTE
La conocida "Casa de Mimbre", que tenía más de 20 años de ser una casa condenada, fue demolida para evitar que se suscitaran hechos que lamentar.