Pensé titular este artículo, "Gato de casa", para referirme al caso reciente del robo de una cantidad considerable de kilos de cocaína depositada bajo custodia de la Policía Técnica Judicial, pero a última hora cambié de opinión porque, los detectives involucrados en el hecho se parecen más a los ratones, por la manera furtiva y sigilosa como iban sacando la droga, dejando en su lugar paquetes vacíos.
Una acción vergonzosa de esta catadura deja en entredicho, otra vez, la honradez y transparencia en la institución responsable de investigar y detener a los que cometen robos, crímenes y trafican, venden y consumen droga.
¿En quiénes estamos confiando los panameños nuestra seguridad, cuando las ciudades se tornan cada vez más peligrosas e inseguras? ¿Cómo es posible que acciones de esta clase se cometan en la PTJ, a espaldas de sus directivos?
Hablando de los "gatos de casa", qué les parece distinguidos lectores de esta columna, que en la Alcaldía de Panamá, los ladrones se introdujeron en las oficinas de la Dirección de Ingeniería, precisamente en las dependencias donde se expiden los permisos de obras y construcciones.
Qué casualidad que los malhechores no penetraron en el departamento de aseo, si no en estas oficinas, ubicadas en la céntrica avenida Balboa, donde se tramitan negocios relacionados con la construcción de edificios, grandes proyectos de viviendas, establecimientos comerciales y otras infraestructuras cuyos valores son miles y hasta millones de balboas.
Todavía queda en el país, gente creyendo que los panameños vivimos en la época en que "a los perros se les ataba con longaniza".