Por qué, a escasos días de haberse iniciado el nuevo gobierno, se escuchan quejas a lo interno del PRD? ¿Por qué las bases o cuadros políticos del PRD piensan y así lo expresan que se les ha apartado dentro de la Administración que se inició a partir del 1 de septiembre del 2004? ¿Por qué la aparición en el nuevo gobierno de elementos que jamás han tenido ningún tipo de aportación política en la pasada campaña electoral?
Esas son algunas interrogantes, que surgen dentro de los miembros del Partido Revolucionario Democrático y que la dirigencia debe responder, antes que ese malestar se convierta en confusión y por qué no en anarquía.
Por ejemplo hace poco una alta figura del PRD, declaró a un medio de comunicación que: "el gobierno no puede ser el mayor empleador de la sociedad panameña, y agregó, el panameño tiene que cambiar su mentalidad, porque hay otras formas de encontrar empleo, no sólo dentro del gobierno". Error o no, fijar la esperanza de un empleo en el gobierno, lo cierto es que se trata de una realidad, ya sea un alto dirigente político, o un humilde trabajador manual, que haya trabajado para llevar al triunfo a su candidato y al colectivo político donde milita, lo que no puede esperar es que se le margine de participar en la administración de la cosa pública, estas son realidades que no se pueden negar, hacerlo como lo hizo la dirigente del PRD, es llevar a se partido a pagar un elevado costo político, como ya lo están reflejando las encuestas, donde ya se ve decline en su popularidad.
Nos decían los amigos del PRD, con mucha preocupación, que por ejemplo los ministros y directores de instituciones escogidos; algunos ajenos al PRD, ya estaban seleccionando para los cargos, a figuras cercanas en su entorno y no militantes del partido ganador, y si no les creía que me pasara por el IPAT, el Banco Nacional, MINSA, etc.
Del mismo modo nos dijeron que cómo era posible que quienes durante la campaña electoral, no los dejaban ni a sol ni a sombre, ya no son las figuras reconciliadoras, sonrientes y tolerantes de aquellos momentos, ya se les ven los rasgos de prepotencia y ciertas señales de no haber olvidado viejas costumbres, uno de esos ejemplos, fue la alta dirigente del PRD, que mencionamos al inicio de este artículo.
Y mi pregunta es, ¿no tienen derecho esos amigos perredistas a trabajar en el gobierno? ¿Acaso no hicieron el mayor de los esfuerzos para ser tomados en cuenta? ¿No creen ustedes que negarles esa pretensión, además de injusto, es innoble?
Para finalizar el diálogo, con nuestros amigos perredistas, les dijimos, hoy más que nuca estoy convencido que "nadie sabe para quien trabaja".