No se trata de un carro con forma de bote, pero ciertamente fue una sorpresa para quienes manejaban a la altura de la entrada a Valle Riscó, a un lado de la carretera que conduce de Almirante a Chiriquí Grande, observar cómo un grupo de campesinos apareció en plena curva empujando un bote.
Bajaban de lo alto de una montaña y aprovecharon la carretera para empujar la embarcación hasta un sendero que seguía directo a las aguas del mar.
Uno de ellos señaló que demoraron un mes construyéndolo, para ello utilizaron motosierras, hachas, y al final cobran unos B/.200 por el trabajo que, de manera ingeniosa y muy fina, termina en líneas muy precisas, fundamentales a la hora de navegar. El árbol utilizado fue un gigantesco Ceibo.
La construcción de botes para utilizar con o sin motor fuera de borda, era un negocio próspero antes de la construcción de la carretera Chiriquí Grande - Almirante. Los residentes de Quebrada Pastor hasta Chiriquí Grande debían transportar sus productos agrícolas en estas embarcaciones. Los maestros también utilizaban el transporte para acortar el camino hacia lugares de difícil acceso.
Eran pocas las tiendas en lugares como Mira Mar, Punta Robalo, Río Uyama entre otros, por ello los propietarios invertían fuertes sumas de dinero para hacer llegar a estos lugares los alimentos a vender.
Ni hablar de las producciones agrícolas, muchas de ellas se perdían o simplemente el campesino no trabajaba la tierra, porque resultaba más costoso pagar un bote con motor fuera de borda, que la ganancia por la venta de las verduras.
Otro aspecto importante a cumplir por esta forma de transporte marítimo era el transporte de enfermos hacia hospitales como los de Almirante o Changuinola.
NUEVO GIRO
A finales de 1999, el uso de botes dio un nuevo giro, cuando inicia operaciones la carretera de 68 kilómetros construida a un costo de B/.70 millones. Los campesinos en adelante sólo cargaban sus productos hasta orillas de la carretera y algún comprador llegaba con su camión y con el efectivo.
Las ambulancias pudieron entrar y cargar con los enfermos; las giras médicas se incrementaron; los moradores en lugar de pagar B/.15 y hasta B/.20 para llegar y regresar de Almirante, solamente pagan dos balboas y hasta menos; el labrador de bote perdió por un lado, pero ahora son productores que sin necesidad de derribar árboles logran el sustento diario de sus familias.