No se trataba de un ataque de estos depredadores del mar, sino, que se acercaba el capitán "Canca" (apodo) con su tripulación en su precaria embarcación, que con el peso que traía, parecía que se haría aguas en cualquier momento, ya que su bote es para la pesca artesanal y llegaba repleto de tiburones atrapados en la noche del 21 de agosto.
Estos tiburones son de la especie "Toro" (peligroso), y los otros conocidos como "Tiburón Ñato". Aunque se conoce que los más agresivos son el Blanco, Tigre y Martillo. A los dos últimos les gusta frecuentar las partes llanas de las costas. En Pedasí se han detectado y capturado "Martillos" hasta de cinco metros de longitud, afirma un pescador local.
El mismo pescador asegura que jamás un tiburón de éstos ha atacado a ningún bañista en ninguna playa de esta área, menos en Isla Iguana, asumiendo que los escualos no tienen necesidad de comer seres humanos, dado el caso que en esta parte del Pacífico sur de Azuero tienen suficiente comida. Esa comida en abundancia se las proporciona el gran arrecife de coral que posee la Isla Iguana, quizá el más grande y antiguo del litoral pacífico panameño.
Estos enormes y peligrosos seres marinos fueron capturados con una trampa que llaman "líneas", que no es más que una fuerte soga que flota con boyas de la cual cuelgan enormes anzuelos con sus respectivas carnadas (atún) estirada por kilómetros mar adentro. Para ser específico, a 20 minutos de Isla Iguana por su parte de atrás, o sea más cerca que de La Playa Arenal a Isla Iguana que es de 27 minutos.
La atracción de la tarde fue un tiburón Toro que pesó arriba de las mil libras; con las fauces abiertas podía tragarse fácilmente a un niño.
¿POR QUE ATRAPARLO?
Aunque estos enormes peces jamás han atacado a nadie en estas playas ni en Isla Iguana, es irónico que el hombre los esté masacrando por el "vil metal"; sí, por dinero; para vender tan sólo sus aletas a comerciantes asiáticos que las pagan muy bien, para luego preparar exóticos platillos, aduciendo poderes curativos o sexuales, triplicando sus ganancias.
El resto de la carne de tiburón no se pierde, ya que los pescadores logran venderla en la comunidad; pero no al mismo costo y avaricia con que se venden las aletas.
Cuentan que la sopa de aletas de tiburón cura enfermedades como el cáncer, da fuerza al cuerpo, y sobre todo, "levanta cosas que se han caído"...puro cuento chino.
Alguien preguntó:__ ¿Por qué matar a un tiburón, para tan sólo extraerle las aletas?_
La respuesta de un pescador fue, no los atrapamos con redes, donde se enredan y mueren mucho más especies marinas como ocurre en los barcos bolicheros. Nosotros le damos la oportunidad de salvarse de diferentes maneras: pueden enderezar el azuelo, y escapar; pueden morder la línea y soltarse; en muchos casos se comen la carnada y se van.
Vaya manera de escoger salvar la vida, siendo ellos los amos de las profundidades marinas; y todo por complacer a los chinos que han inventado que las aletas de tiburón lo curan todo. No debemos extrañar que mañana a estos chinos se les ocurra decir que las piedras de la Torre de Panamá La Vieja sirven para hacer té afrodisíaco, y corran todos a buscar un pedazo de torre. ¡Por Dios!