Rolando Morales Villa y Elías Mendoza, ambos sentados en el banquillo de los acusados en el juicio por el crimen de la niña Elizbeth Mendoza Segundo, de 8 años, fueron descritos en el examen de psicología forense como hombres agresivos, fríos, disociales y con conflictos de inferioridad en sus personalidades.
Al ser mostrado al psiquiatra forense y perito consultor en el caso, Alejandro Pérez, las fotografías y resultados de la necropsia sobre las causas de muerte de la niña, describió el hecho como una "explosión de violencia, grave, cuyas heridas con una piedra contra la niña se produjeron del cuello hacia arriba".
El homicida demostró "ira", y Pérez fue contundente al señalar que sí es posible que el progenitor de la niña pudo cometer el hecho de sangre por la descripción y los resultados del análisis psicológico realizado al imputado.
El perito señaló que el examen psicológico determinó que Elías Mendoza, padre de la menor asesinada en un paraje de Cerro Azul en el 2007, es una persona con sentimientos de frivolidad, ira reprimida, dificultad para expresar sus sentimientos, agresivo, hostil hacia la figura femenina y machista.
Fue descrito como un hombre sin relación paterno filial hacia sus hijos, con capacidad para idear un plan y lo más grave del testimonio es que podía demostrar ganas de hacer daño y herir.
Sobre la situación psicológica de Morales Villa, éste fue descrito como egocentrista, disocial, agresivo, impulsivo, violento y quien no respeta las normas legales.
La violación contra Elizbeth, que ha sido aceptada por Morales, fue señalada como una cuestión de poder y de avasallar a la víctima.