Desde que Diego Maradona, seleccionador argentino de fútbol, dijo el mes pasado "nos jugamos la vida en el partido contra Brasil", no existe otro asunto futbolístico que haya tenido cabida en su cabeza.
Lejos de quitarse presión de encima, Maradona no tiene reparos en afirmar que espera ese partido "como el agua" y sentenciar la clasificación al Mundial 2010 del equipo albiceleste con una victoria ante la formación de Dunga, aunque posteriormente queden nueve puntos en disputa en las eliminatorias.
Todas sus declaraciones públicas en las últimas semanas denotan su obsesión por el derbi de selecciones del fútbol sudamericano.
"Tenemos más hambre de gloria que ellos que vienen de ganar la Copa de las Confederaciones, y están tranquilos. Pero tenemos que ganar dentro de la cancha", afirmó tras reconocer el campo de juego del estadio del Rosario Central, en el que se disputará el partido el próximo día 5 de septiembre.
"Fallamos en Quito (en la derrota ante Ecuador por 2-0), y ahora no podemos equivocarnos y eso lo sabemos todos", insistió. "La cancha del Rosario Central es ideal para meter a Brasil en un arco, para que la gente aliente y para que los jugadores se sientan arropados", aseguró. Le han preguntado qué tiene planeado para el choque con Paraguay, que se disputará inmediatamente después, en Asunción. Hizo un gesto que podría traducirse en palabras con un "qué sé yo", y disparó: "Ahora sólo pienso en Brasil, después veremos". "El césped de la cancha va a estar bien cortadito, para que Messi, Agüero, Tévez jueguen mejor.