Era un ministro que le gustaba salir en las noticias y que el personal lo estimara. Sentía que esa era la manera como la comunidad indicaba que su trabajo era positivo y efectivo. Estuvo disfrutando de la atención pública y de sus empleados por cinco años... pero al dejar el cargo, "todo se derrumbó", como decía una vieja canción sentimental.
Los periodistas ya no lo asediaban, ni transmitían a los rincones del país sus palabras. Alejado de sus oficinas, no recibía el calor del respeto de sus empleados.
Entonces entró en una especie de depresión. Se sintió que la gente era "desagradecida". El había hecho mucho por el pueblo panameño y ahora nadie se lo reconocía.
Un día me lo encontré caminando por esas calles con aceras sucias de "mi Panamá de mis amores". Lo saludé y se rio de gozo.
Entró en confianza y me dijo que "el otro día vi a mi antiguo chofer y ni siquiera me dio un saludo. Y eso que yo lo ayudé varias veces cuando tenía problemas económicos".
Le di una pequeña lección de sociología al compungido ex ministro. Afirmé que hay cargos públicos que por sí mismo tienen respeto y causan la atención de los periodistas.
No importa quién sea el ministro de turno, la gente actuará de determinada forma por lo que representa ese cargo. ¡En pocas palabras, lo que importa es el cargo y no la persona!
Y eso sucede no solamente con los cargos públicos, sino incluso privados y en otras instituciones. Por ejemplo, en la Universidad cuando usted es Decano o Rector, hay una atención especial de secretaria y subalternos.
Al dejar el cargo, no le extrañe que lo saluden solamente por cortesía. Realmente, a quien tenían respeto y atención era al cargo y no a la persona.
Esta realidad sociológica deben comprenderla los antiguos mandamases del arnulfismo, ahora que dejarán "la papa".
Pero a veces la persona hace tan buena labor, que logra crearse una atención especial de sus ex-subalternos, aunque son pocos los funcionarios que consiguen esto.
Ahora los funcionarios del despacho y periodistas le darán tratamiento especial al nuevo jefe... hasta el próximo cambio de gobierno.