En víspera de una huelga nacional que paralizaría hoy 600 proyectos en el país, el SUNTRACS sepultó ayer a los obreros Luiyi Argüelles y Osvaldo Lorenzo, muertos a tiros en medio de pugnas sindicales y enfrentamientos con la Policía.
Las honras fúnebres, que se extendieron por casi cuatro horas, comenzaron con una misa en la iglesia de Lourdes y luego los féretros cargados en hombros fueron trasladados en romería hasta el Jardín de Paz.
Para la huelga de hoy, el Gobierno solicitó cordura y que no se recurra a la violencia. El secretario general del SUNTRACS, Genaro López, dijo que la huelga será pacífica.