En el rostro de una gran mayoría de los trabajadores de la construcción se notaba el dolor y la tristeza por la pérdida de dos de sus compañeros de lucha, quienes en medio de la crisis que vive el sector obrero marcharon al más allá.
Luiyi Argüelles y Osvaldo Lorenzo, de 23 y 36 años, respectivamente, recibieron cristiana sepultura en una ceremonia que duró más de cuatro horas.
La ceremonia religiosa, prevista para iniciar a las 2: 00 de la tarde, comenzó unos 10 minutos antes de lo previsto y culminó a eso de las 3: 15 de la tarde, donde el sacerdote José "Popito" Quezada, en su homilía lanzó fuertes críticas a los que ostentan el poder y gobiernan en contra de los mayorías.
Asistido por los sacerdotes Patricicio Jansen, Conrado Sanjur, Leonel Fernández y José Aguilar, Quezada reconoció ante los presentes lo difícil que es para los humanos, despedir a un ser querido.
"Todos sabemos lo difícil que es este momento para los familiares y amigos de Luiyi y Osvaldo. Pero hay que recordar que ellos solamente se nos han adelantado en el camino y hoy están con el Señor, lo cual nos debe llenar de gozo", resaltó en medio del sermón Quezada.
Lanzando una mirada a todos los rincones de la Iglesia de Lourdes, Quezada lanzó una fuerte crítica al gobierno y a los que ostentan el poder económico para que no permitan que sigan muriendo humildes panameños por causa
Bajo un extenuante sol, se inició el traslado de los féretros a pie hasta el Jardín de Paz en Parque Lefevre.
A medida que avanzaban, las consignas y muestras de apoyo de algunos transeúntes no se hicieron esperar y bajo los gritos de "No al sicariato en la construcción y exigimos justicia", los obreros avanzaban pausadamente su caminar hacia el campo santo.
Fueron casi dos horas de camino, donde no se dio ningún altercado, salvó la amenaza de sustracción de un "six pack" de soda por parte de un grupo a un mini súper que estaba en la ruta, que no llegó a más.
Cuando el reloj marcaba las 5:00 de la tarde, ambos féretros que estaban cubiertos con la bandera nacional, entraron al cementerio.
Ya en el sitio donde recibirían la cristiana sepultura (uno al lado del otro), los agremiados al SUNTRACS, cumplieron con el programa previsto y denunciaron la situación que vive este movimiento, el cual le ha costado la vida a dos de sus miembros.
Genaro López, máximo dirigente del grupo obrero, lanzó una dura crítica a las autoridades que no han jugado el papel que deben en la investigación de los homicidios de Luiyi y Lorenzo.
El líder sindical recordó el llamado al paro militante de hoy, el que prometió se realizará de forma pacífica.
En el cementerio las últimas oraciones fueron del sacerdote, Conrado Sanjur. "Recíbelos en tu seno Señor y dales descanso eterno.
Con la consigna, "La sangre derramada, jamás será olvidada" y "los mártires no se lloran, se imitan en el combate", finalizó el sepelio.