Un angelito ha partido para el cielo, pero en la tierra, sus padres lloran su repentina pérdida. A la familia Justiniani le falta uno de sus seis hijos, la menor Neidy Itzel Justiniani, de 9 años de edad, quien la noche del pasado miércoles falleció electrocutada al tratar de pegar unos ganchitos de cabello con una pistola de goma que tenía un corto circuito.
El hecho se registró en Belén, Cerro Cocobolo, distrito de San Miguelito. El padre de la menor, Joaquín Justiniani, dijo a "Crítica" que eran pasadas las 10:00 de la noche, cuando la niña entró a su recámara, luego de haber llegado de la calle con su madre, donde estuvieron comprando algunas colitas y ganchos de cabello, que le había pedido a su mamá. "La pequeña entró a su recámara como a las 11:00 de la noche, donde estaban los ganchos que acaban de comprar, y al parecer trató de arreglar los adornos a uno de ellos, con la pistola de goma, pero ésta tenía un corto, la niña chocó su cuerpecito con la esquina de la cama de hierro y recibió la descarga eléctrica", manifestó el padre.
La madre de la menor, fue quien encontró el cuerpo de su hija acostada boca abajo y con la pistola de goma pegada al pecho.
El padre de Neidy dijo que inmediatamente se dieron cuenta del hecho, la llevaron a una clínica cercana, pero estaba cerrada, posteriormente camino a otro hospital, él sintió que la niña se orinó encima de sus piernas y subiendo las escaleras escuchó como si hubiera pujado, y lamentablemente al llegar al Hospital San Miguel Arcángel, ya la pequeña había fallecido.
Neidy Itzel Justiniani, era la quinta. de seis hermanos, cursaba el primer grado de la escuela primaria ubicada en Samaria, Sinaí.
Su hermano de 12 años de edad, Francisco Justiniani, describe a la niña con un carácter fuerte, pero alegre; siempre jugaban juntos, horas antes del hecho, habían conversado sobre un libro de figuritas que la niña le había regalado.
La pequeña estaba apegada a sus otros hermanos y a sus padres. Le gustaba estar junto a su mamá fregando los enseres y limpiar la casa.
La noche del suceso, su madre, Odalys Moreno, le había dicho que no le pusiera goma al gancho que se le había despegado, porque cuando ella terminara de fregar, ella lo haría, pero lamentablemente la pequeña entró al cuarto, sin saber lo que el destino le deparaba.