Una agria polémica con la Iglesia Católica y organizaciones religiosas se desató tras la petición de la comunidad gay y lesbiana para que la Asamblea Legislativa de Panamá apruebe una ley que reconozca derechos civiles a las parejas homosexuales.
"Nuestro propósito es el reconocimiento legal y sus derechos constitucionales a parejas (de gays y lesbianas) ya existentes, incluyendo la (libre) orientación sexual o identidad de género", dijo Ricardo Beteta, presidente de la Asociación de Hombres y Mujeres Nuevos (AHMN).
Beteta (homosexual declarado) reaccionó a las protestas de rechazo hechas públicas por la Iglesia Católica y decenas de organizaciones religiosas, que denunciaron el homosexualismo como "contrario al plan de Dios y a la naturaleza humana".
"El matrimonio es santo, mientras que las uniones homosexuales contrastan con la ley moral y natural, y los actos homosexuales cierran el acto sexual del don de la vida", advirtieron organizaciones católicas en un manifiesto.
Aunque los gays y lesbianas panameños no han exigido la legalización de los matrimonios, Beteta advirtió que la ley civil "debe atender a las necesidades de toda la sociedad, y no puede regirse por creencias particulares de ningún tipo".
Aseguró que unos 30,.000 panameños, de un total de 2,8 millones de habitantes, son homosexuales.