Juan es un nombre ficticio de un indigente a quien la droga lo ha obligado a dormir en el callejón de la Calle 11, Callejón Martínez.
Este hombre ha sido rechazado por su familia porque se ha convertido en un adicto a las drogas y no ha podido abandonar este vicio, a pesar de que lo ha intentado.
El hombre perdió su hogar y su familia, y a pesar de que le han buscado ayuda médica, sigue consumiendo piedra y cocaína.
"He intentado cambiar, pero la droga no me deja, y en momentos que no tengo cómo comprarla, invento cualquier cosa para buscar dinero y conseguirla."
Al igual que este hombre hay muchos en Colón que por la adicción han perdido la vergüenza, porque usan las calles como hoteles, donde hasta tienen relaciones sexuales con mujeres que andan en las mismas condiciones; allí defecan, orinan y hasta duermen.
La comunidad está preocupada por este mal que muchos políticos han prometido cambiar, pero que pasa el tiempo y todo sigue igual. Actualmente, en Colón se pasea un hombre que se desnuda en plena Avenida Central.
En gestiones pasadas, el alcalde Antonio Latiff recogió a los indigentes para llevarlos a un hogar en las afueras y otros a Panamá, pero estos se escapaban para regresar a Colón y andar en la misma situación.
Luego usaron las antiguas instalaciones del Museo en la Calle 12 y 13 Herrera para albergarlos, pero también salían porque querían regresar a lo mismo.
En su campaña política, el actual alcalde de Colón, Dámaso García, prometió un plan para sacar a estas personas de las calles, palabras que esperan se hagan realidad.
García ha señalado que investigarán quiénes son los familiares que también deben tener el compromiso con sus indigentes, al tiempo que buscan el apoyo para trasladarlos al Hogar del Alfarero en Panamá.