Roque Cordero y Graciela Ureta, en una gráfica captada tras uno de los conciertos del músico panameño en Nueva York.
Cordero fue director del Instituto Nacional de Música y en noviembre de 1958 depositó en el Museo Nacional una copia autógrafa del Himno Nacional y otra del Himno Istmeño, que Don Santos Jorge obsequió a Don Pedro Ureta y éste a su vez a Cordero.