El Documento Santa Fe IV, editado por diplomáticos y expertos estadounidenses advierte el peligro chino en Panamá. El informe en cuestión busca orientar ideológicamente la política de la potencia norteamericana hacia América Latina.
El principal redactor-asesor fue Roger W, Fontaine e incluye además a Lewis Arthur Tambs, Gordon Sumner, David C Jordan, Francis Bouchez, así como el general John K, Singlaub y Jeanne Kirkpatrick.
Santa Fe IV, advierte que las amenazas para el hemisferio en la actualidad se ha vuelto infinitamente más complicada y difícil de definir. Afortunadamente, algunos de los viejos demonios siguen escupiendo fuego y pueden ser fácilmente identificados. Fidel Castro no ha cambiado las mañas. Quienes lo alimentan son otros: los soviéticos han sido reemplazados por los narcoterroristas.
También, parecería que ha surgido en escena una nueva amenaza al hemisferio de singular fuerza: los comunistas chinos. Hicieron una aparición importante en Panamá y han reemplazado a los soviéticos en el Caribe. Aunque no es tarea de este informe hacer una profunda evaluación de los aspectos vinculados con la inteligencia de la penetración china en el hemisferio, debe señalarse que es un nuevo elemento.
La penetración económica es especialmente preocupante. Ante todo, lo más evidente es la situación del Canal de Panamá, donde Estados Unidos ha pagado para deshacerse del premio estratégico más importante del hemisferio, sino del mundo. Al hacerlo, Estados Unidos ha puesto su futuro económico a merced de una situación política muy inestable e incierta.
Los hechos son preocupantes. Los dos puertos, en el extremo Atlántico y Pacífico del Canal, están en manos de la Compañía Hutchinson Whampoa, una empresa que tiene vínculos muy estrechos con Beijing. Al mismo tiempo, las compañías de China continental están entrando en profundidad en los diversos puertos de la Cuenca del Caribe, que son fundamentales para la economía de Estados Unidos, como Freeport en Bahamas.
Las relaciones civil-militares son otro tema político capital. La realidad es que los militares de América Latina, incluida la Cuba comunista, juegan un papel importante en la vida política y cultural de muchos, sino de todos los países.
Se trata de las mismas personas que, trabajando conjuntamente a los medios de comunicación y el Departamento de Estado, han logrado asegurarse de que Estados Unidos no tenga presencia militar en Panamá, en abierta violación de los tratados. Además, de que nuestros programas de vigilancia de la droga en la región andina y caribeña estén significativamente reducidos y de que todos los esfuerzos por combatir la subversión y el terrorismo están bloqueados.
China es el problema estratégico más enojoso que enfrenta Estados Unidos. Combina todas las múltiples dimensiones que cualquier observador estratégico serio debe considerar.
Los comunistas chinos están avanzando en un ancho frente a través del Anillo del Pacífico. Están sondeando debilidades y vacíos y, cuando los encuentran, sacan ventaja agresivamente de la situación. Tal vez lo más impresionante sea su penetración en Panamá y las formas en que llenaron el vacío creado por Estados Unidos. Ahora, en todo sentido, controlan el "punto de estrangulación" estratégico más importante del hemisferio occidental, sino del mundo.
Ya en 1996, documentos federales recientemente dados a publicidad muestran que los comunistas chinos, en la tradición de Sun-Tzu y su Arte de la guerra, tienen una estrategia de largo alcance para obtener el control del Canal de Panamá. Es un paso importante de la agresiva penetración en América Latina por parte de China, como lo ejemplifica el apoyo de la República Popular China a los insurgentes de Colombia y sus lazos cada vez más estrechos con el castrista Chávez de Venezuela.
DEMOGRAFIA
La población actual de las Américas ha sufrido un drástico cambio en los dos últimos siglos. En 1800, la población de 5.3 millones de habitantes en Estados Unidos era sobrepasada a razón de más de cinco a uno por los estimados 26.4 millones de América Latina (Brasil, 3 millones y América Hispana, 23.4 millones), pero en 1850 Estados Unidos se estaba emparejando al alcanzar unos 23 millones.