Con el entusiasmo que lo caracteriza, don Napoleón Salazar, el "último intendente blanco de San Blas", me da un tema para estos escritos. Se refiere al engaño que sufren muchos panameños. Compran viviendas en barriadas y luego deben soportar inundaciones.
Me indica varios casos y le digo que eso no es nuevo. Señaló que el caso más notorio en los últimos treinta y pico de años, es la Barriada Chanis.
En su entrada se forman enormes lagunas cuando llueve y la marea está alta.
Alguien dijo que se trataba de una falla en la planificación de los desagües.
Y los engaños continúan. Aunque los constructores juren y perjuren que no ocurrirán inundaciones, luego de unos meses se destapa la cruel realidad.
Numerosas quejas registran los periodistas por inundaciones en nuevas barriadas, causadas por defectos que debieron corregirse.
Hace más de veinte años conocí el caso de casas construidas cercas del río Juan Díaz. Sus moradores temían que la crecida del río los arrastrara. No sé en qué quedó este asunto.
Pero no solamente se trata de malos o insuficientes desagües.
Por allí hay quejas de barriadas con tanques sépticos que se llenan en dos o poco más años.
¡Vaya usted a reclamar estas anomalías! El constructor se hace "el chivo loco". Alega que entregó en perfectas condiciones el proyecto.
Ni acuda al Ministerio de Vivienda, IDAAN, Obras Públicas, etc. Es una "pasadera de bola" mejor que la de un juego de béisbol de las Grandes Ligas de Estados Unidos con Mariano Rivera lanzando pelotas.
Pero le dije al conocido "Don Napo", (el "hombre sin edad"), que escribiría sobre esta anomalía.
Ojalá alguien exija responsabilidades a quienes construyen barriadas.
(¡...Ni qué hablar de engaños sobre flamantes parques, áreas verdes de recreación, seguridad y transporte "cerquita"!).