El francés Zinedine Zidane, uno de los mejores jugadores del mundo en el último decenio, clausuró ayer su magistral carrera deportiva con una expulsión en la final de la Copa del Mundo contra Italia y una derrota por penaltis que le impidió ser dos veces campeón del mundo.
El capitán francés fue expulsado en el minuto 110 de la final en el estadio Olímpico de Berlín tras propinar un cabezazo en el pecho a Marco Materazzi, con quien estaba intercambiando unas palabras desde una jugada anterior.
Zidane había adelantado a su equipo en el minuto 7, al ejecutar un penalti pero la agresión a Materazzi puso en borrón en una ejemplar hoja de servicios.
El árbitro argentino Horacio Elizondo consultó con uno de sus asistentes, quien le confirmó el incidente y acto seguido le mostró la tarjeta roja a Zidane, que jugaba hoy el último partido de su carrera deportiva.
Apenas cumplidos los 34 años, Zinedine Yasine Zidane abandona los campos de fútbol y abre la senda de su mito. Alfredo di Stefano, "O rei" Pelé, "El pelusa" Diego Maradona y "El flaco" Johan Cruyff tendrá que apretarse para hacerle un hueco a "Monsieur" Zizou.
Su vida privada, que comparte con Veronique, una francesa de origen español, con sus cuatro hijos, Enzo, Luca, Théo y Elyas, y con su basto clan familiar, es una fortaleza que el jugador cuida con celo.
Zidane había liderado la selección francesa campeona del mundo de 1998 y de Europa dos años más tarde y había llevado a la Juventus de Turín a ganar dos ligas italianas (1997 y 1998), una Supercopa (1997) y una Copa Intercontinental (1996).
Pero le faltaba la Liga de Campeones, una Copa que acarició en dos ocasiones (1997 y 1998) con la Juve, pero que se resistía a su talento.
Por eso fichó por el megalómano proyecto del Real Madrid y el tiempo le dio la razón. Su majestuoso tanto en la final de la Copa de Europa de 2002 ante el Bayer Leverkusen supuso el noveno trofeo para los blancos.
Regresó a la selección francesa para clasificarla para el Mundial de Alemania y con la "bleu" en tierras germanas afrontó su último desafío.