Más de 10 mil portugueses protagonizaron ayer un recibimiento apoteósico en el Estadio Nacional de Jamor a la selección nacional, que llegó a las semifinales del Mundial, 40 años después de haber alcanzado un éxito similar.
El seleccionador, el brasileño Luiz Felipe Scolari, fue recibido con un coro que gritaba sin parar "Fica, Fica" (Quédate, Quédate), mientras todos los jugadores recibían algunos banderas y otros bufandas con los colores nacionales.
Al unísono, jugadores y público levantaron y bajaron los brazos en un emocionado saludo.
En una breve ceremonia, Scolari dijo: "Sabemos que estamos en deuda con ustedes" y millares de personas comenzaron a gritar "Campeones, Campeones".
Entonces, surgió una frase del técnico brasileño que dejó la esperanza de que continúe al frente de la selección, cuando señaló que "en la próxima ocasión" había que traer el segundo, o el título del Mundial. Entonces, la ovación fue ensordecedora.
En el acto también intervino brevemente Luis Figo, que dijo que durante toda la competición los jugadores sintieron "el apoyo y la confianza de todos los portugueses.
El avión que condujo hasta Lisboa a la selección portuguesa llegó al aeropuerto de Portela y los bomberos formaron en la pista un bello arco iris con los colores rojos y verde, predominantes en la enseña lusa.