Un grupo especial de la policía controló con gases lacrimógenos a unos setecientos reclusos que se amotinaron en la cárcel de alta seguridad de El Amate.
Los prisioneros forman parte de los 2.328 que el pasado 1 de julio fueron trasladados por unos 4.000 agentes policiales desde el penal de Cerro Hueco.