España pretende sellar su pase a las semifinales de la Copa Confederaciones, en un partido en el que se mide a Irak, en la puesta en escena de dos rachas opuestas, la de una selección a punto de convertirse en la mejor de la historia, ante otra que lleva un año sin ganar.
El sorteo de la Confederaciones encuadró a España en el grupo más asequible. A años luz de Nueva Zelanda, a la que goleó 5-0 en el estreno, el segundo rival de la roja es la Irak dirigida por un trotamundos del fútbol como Bora Milutinovic. Un combinado alejado de la imagen con la que conquistó la Copa de Asia.
España no pierde un partido desde el 15 de noviembre de 2006. Invicta después de 33 duelos, ya está a solo dos encuentros del récord que marcó Brasil entre 1993 y 1996. Irak, por su parte, no vence un encuentro desde el 14 de junio de 2008 (en China 1-2).
Pero nada hará relajarse a los internacionales españoles. Su hambre no tiene límite, y aunque niegan públicamente que piensen en las marcas de grupo y en las individuales, cada jugador desea seguir estableciendo récords y pasar a la historia como la generación de oro del fútbol nacional.