Hay que tener una completa falta de amor propio, dignidad y vergüenza para sencillamente salirle con cuentos a todas las personas a las que les debes dinero, una y otra vez.
Ser un "malapaga" puede ser más costoso que la suma de billetes que debas: puede significarte la pérdida de amistades, de confianza y de la posibilidad de que presten más dinero. Para algunos que se meten con las personas equivocadas, puede significarles la muerte.
No puedes realmente pensar que vas a deberle dinero al casero, a la empresa eléctrica, al banco y a tus amigos, y pensar que nunca vas a sufrir las consecuencias. No importa cuántos de tus bienes pongas a nombre de otras personas, ni cuántas veces respondas que mañana pagarás. El precio se paga tarde o temprano, con intereses; en dinero o en especie.
¿Acaso piensas que ese estado de estrés constante no implica un costo enorme en tu salud y en tu paz mental? Vivir huyéndole a todo el mundo, observando en cada esquina para ver si no te vas a encontrar con un acreedor del otro lado, no es vida. Acostarse a dormir todas las noches pensando en que todo podría acabar para ti mañana es una tortura.
Primero, no se puede pedir más dinero del que crees estarás en condiciones de pagar. Es lógica elemental.
Segundo, si pides dinero para pagar una deuda anterior, asegúrate que sea para cancelarla. No la uses para otra cosa.
Tercero, no trates de vivir de las apariencias. Si intentas vivir como rico con ingresos de "limpio", tarde o temprano vas a quedar pidiendo dinero para pagar cosas que nunca debiste haber comprado en primer lugar.
Ese es el principal problema de los malapagas. No saben administrar su dinero, y siempre quieren tapar los huecos de su bolsillo con dinero ajeno.
Antes de pedir dinero prestado, tienes que estar seguro que lo vas a poder pagar. El dinero no se lo regalan a nadie, así que ponte a pensar que la persona que te hizo el préstamo también necesita de su dinero.
No te conviertas en un poco importa del problema de los demás, cuando precisamente la persona que te prestó el dinero te ayudó cuando más lo necesitabas.
Sería bueno que evaluarás tus prioridades y comenzarás a presupuestar el dinero que recibes para que no te veas en la necesidad de estar pidiendo prestado.