Este día inicia temprano para los villanos, aunque muchos no duermen, pues antes del alba se busca el torito, que a plena madrugada entra al pueblo con fuegos artificiales y tamborito. A la salida del sol el pueblo se prepara para vestir las calles. De todas partes llegan bolsas repletas de flores con las que se van llenando los diseños que se dibujan en el pavimento. Poco a poco va llagando la gente y las danzas, hasta llegada la hora de la Eucaristía, pero antes la diablada quienes se rinden ante la majestad del Arcángel y luego de la autorización de las autoridades eclesíasticas, una a una las danzas entran al templo. Luego de la misa, el Santísimo se toma las calles para visitar los monumentos que previamente se confeccionan para recibirlo, seguido de las danzas. Que prosiguen su baile hasta que cae la noche.