No cabe la menor duda que cuando ocurre una tragedia de este tipo los padres se preocupan. La razón es, según algunos especialistas, que siempre el ser humano piensa en lo peor, lo que ocasiona que no se atienda a tiempo a niño.
Si usted ha decidido quedarse en casa para atender a los niños, debe aprender a controlar sus nervios. Con gritar no logra nada.
Si su hijo sufrió una herida provocadas por cortes y rozaduras, estas pocas veces son graves y pueden curarse en casa, a menos que se infecten. No obstante, hay sangrados de heridas más serios y con fuerte hemorragia, lo que puede conducir a la conmoción y a la pérdida de conciencia.
Si tu hijo tiene una herida que sangra mucho:
Deberá acostarlo si es posible, con la cabeza ligeramente más abajo que el tronco o las piernas. Esa medida es para evitar un posible desmayo permitiendo mayor flujo sanguíneo al cerebro.
Elevar el lugar del sangrado y limpiar la herida cuidadosamente.
Hacer presión directamente en la herida con un vendaje estéril o un trapo limpio. En el caso de que no tengas nada de eso, usar las propias manos.
Mantener la presión hasta que ya no sangre y envolver la zona sangrante con un vendaje compresivo.
Si la herida continúa sangrando y la sangre se cuela a través de la gasa, no moverlo. Añadir más material absorbente encima. Si aún así no cesa, busca atención médica con urgencia.
Es en el hogar donde pasamos muchas horas a lo largo de nuestra vida, y es allí donde también existen posibilidades de que surja algún accidente de cualquier tipo. Aunque todos los miembros de la familia tienen las mismas posibilidades de sufrir un accidente, son los niños los que los sufren con mayor frecuencia. Lo mejor en estos casos, estimada lectores es tener mucha paciencia.