Argentina comenzó ayer su actuación en el Mundial de Sudáfrica con una cómoda victoria ante Nigeria (1-0), un rival que obligó a lucirse poco al conjunto de Diego Maradona, que se conformó con un tanto logrado de cabeza por Gabriel Heinze y con las constantes internadas de un Leo Messi que se estrelló una y otra vez contra el meta nigeriano.
Más de media docena de ocasiones tuvo en sus botas el delantero del Barcelona, fuente constante de peligro, pero negado de cara al gol, en ocasiones por los pocos centímetros que separan el tanto del fracaso y las más de las veces por el buen hacer de Enyeama.
A falta de suerte para el rosarino, la victoria se logró merced a un potente cabezazo de Heinze en el minuto 6, sólo en el punto de penalti nigeriano al saque de un córner.
Argentina salió en tromba para demostrar la jerarquía que se le supone el equipo de Maradona, que alineó el once con el que viene trabajando desde su llegada a Sudáfrica, una apuesta muy ofensiva, con cuatro hombres en punta: Tévez, Messi, Di María e Higuaín.