Estados Unidos saca un valioso empate a uno ayer en su debut ante Inglaterra en un partido que llenó todas las expectativas en el que Inglaterra era el que iba a proponer su juego, mientras que los norteamericanos aguantaron y aprovecharon los errores de la defensa inglesa, sobre todo ese garrafal falló del guardameta británico Robert Green.
Cuando el juego apenas empezaba, a los tres minutos de tiempo una jugada por la banda de Heskey le filtra el balón a Steven Gerrard dentro del área el que con la parte posterior de su pierna derecha vence a Tim Howard para irse arriba en el marcador.
De ahí en adelante el juego se tornó más llamativo, en el que los norteamericanos no se acomplejaron con el gol en contra y decidieron irse al ataque, pero la escuela de Capello se dio a mostrar aguantando a sus rivales.
No obstante, fue hasta el minuto 44' cuando llega el horror, Dempsey lanza desde fuera del área un disparo que no llevaba mucha fuerza, y un balón que parecía fácil para el arquero se convirtió en el dolor de cabeza de miles de fanáticos ingleses en el estadio, cuando vieron que la pelota se le escapa de las manos y se introduce dentro del marco.