Cerca de un centenar de personas, entre activistas y familiares del adolescente mexicano asesinado por un agente fronterizo de EE.UU., exigieron justicia en un mitin celebrado en el lugar donde el joven fue abatido a tiros el lunes pasado.
Los manifestantes se congregaron en el "Puente negro", y donde Sergio Adrián Hernández, de 14 años, cayó muerto por una bala que le atravesó el rostro.
Encabezados por familiares de la víctima, los manifestantes portaron mantas con leyendas de justicia. Una de las hermanas del adolescente mostró en sus pancartas: "Dónde dejaste los derechos humanos de mi hermano" y "Es una clara muestra de racismo".
Durante la manifestación, familiares y amigos de Sergio colocaron veladoras y rezaron en memoria de la víctima.