La muerte de la princesa de Diana de Gales y su novio, Dodi Al Fayed, fue un "accidente" y no un asesinato, afirmó Stella Rimington, ex jefa de los servicios secretos británicos MI5, al negar que hubiera una conspiración.
Diana, su compañero sentimental y el conductor Henri Paul fallecieron el 31 de agosto de 1997 al chocar la limusina Mercedes en la que viajaban contra una columna del túnel del Alma en París.
Sin embargo, el padre de Dodi, el millonario dueño de los lujosos grandes almacenes Harrods de Londres, Mohamed Al Fayed, ha mantenido siempre que la pareja fue asesinada por espías del Reino Unido porque su relación empañaba la imagen de la familia real británica.
No obstante, Rimington, directora general del MI5 desde 1992 a 1996, negó hoy, en una entrevista al vespertino londinense "Evening Standard", cualquier teoría sobre una conspiración.