Terry Nichols, uno de los dos autores convictos del atentado con explosivos que mató a 168 personas en un edificio federal de Oklahoma City en 1995, se libró de la pena de muerte después de que el jurado estatal que le declaró culpable no pudiera llegar a un acuerdo sobre su sentencia.
La falta de unanimidad del jurado, luego de tres días de deliberaciones, fue un golpe importante para los fiscales, que sostenían que Nichols debía ser condenado a muerte.
Antes del juicio en el estado de Oklahoma, Nichols había sido condenado por homicidio sin premeditación en una corte federal y sentenciado a cadena perpetua sin el beneficio de la libertad condicional.
El segundo juicio, que según estimaciones habría costado unos cuatro millones de dólares, es el más caro en la historia del estado y no tenía mucho apoyo popular.
El juez Steven Taylor determinará el 9 de agosto si Nichols recibe cadena perpetua con o sin el beneficio de la libertad condicional.